Hay recuerdos que uno no sabe porque perduran tanto en la memoria, pero si algo es cierto es que algún significado tienen.
En primero, cuando recién entre a
Hoy mientras descansaba me vi invadido por uno de los fenómenos más complejos y sutiles del alma humana,
La melancolía, es según mí entender uno de los fenómenos, más importantes del ser humano, no sé si es bueno o malo, sólo sé que es importante, es la mezcla de impotencia ante el irracional y furioso curso de la vida que nos impide conservar para siempre a aquellas personas que queremos y volver a vivir a aquellos momentos que poseen sentido para muestra existencia, y por otro lado está, o debiera estar, la satisfacción de que esos momentos y personas a fin de cuenta existen o existieron para muestra vida, porque sin duda cabría la posibilidad de que nunca hubiéramos vivido lo que vivimos, aunque esto último parece estúpida y complicada resignación ante la irremediable pena que conlleva la nostalgia.
Recuerdo aquella fiesta en la casa del deporte donde en el preludio organizamos con Ariel un complejo plan que prefiero no detallar; recuerdo cuando con el Rodrigo salíamos a andar en bicicleta en el cerro que esta detrás de
Recuerdo por último que aquella muchacha de ropas coloridas la vi en los últimos días de clases de cuarto, yo caminaba junto a Ariel, y ya no era una muchacha, más bien era una mujer y ya no vestía como la primavera, sino que opaca como el resto de la gente, yo comente ese terrible cambio con Ariel, él respondió. Ahora debe estar haciendo la práctica o trabajando y se viste más formal.
Aquel recuerdo sin sentido, se hizo una señal de nuestra vida, que lástima cabros, pero los años coloridos, los años de diversión, los años en los que jugábamos a ser historiadores, los años en que el tiempo corría a nuestro favor se acabaron, hoy en día se viene la vida opaca y formal de la adultez. Chauu